martes, 13 de agosto de 2019

Ese día.


Por:
Denis Corpaz 11-6


Sábado 10/08/2019
Los nervios me consumen, aunque tengo claro que debo mantener la calma y no pensar mucho en eso. Sin embargo resulta impresionante que haya llegado el día, bueno, casi. En este momento escribo con el objetivo de plasmar en esta pantalla las sensaciones que invaden mi cuerpo, pienso en cada momento, la llegada, el comienzo y la hora de entregar. Tan solo puedo afirmar que espero con ansias el momento de la prueba y confío plenamente en mí. Eso sí, no dejo de repetir en mi mente. “Lee bien, no te apures, todo saldrá bien, Hakuna Matata” (SIN PREOCUPARSE).

Domingo 11/08/2019
Dieron las 5:00 de la mañana y mi alarma sonó. Intentaba pensar que se trataba de un día normal de la semana en los que me despierto para ir a la técnica. Pero claro, no se trataba de un día cualquiera.  Era el día, ese día. Pensaba demasiado y al mismo tiempo no pensaba nada, sin embargo calculaba cada momento como si pudiese adivinar lo que pasaría. Mis padres estaban en casa ese día, mi mamá se despertó conmigo para hacerme desayuno, fue un sentimiento realmente hermoso, no vivo con ella y por lo tanto no me hace desayuno cada día. Pero ese día, si estuvo. Una hora después de sonar mi alarma, decidimos salir, en la avenida abordamos un taxi, sentía nervios por lo que no terminaba de comprender, se trataba de ese día, en unos minutos presentaría la prueba de Estado, tan importante y normal. Llegamos al lugar de aplicación, muchos estudiantes con ropa al parecer incómoda, hacía muchísimo frio, y minutos después comenzó a llover. Entramos a una cafetería, mi mamá de compró un café en leche para calmar los nervios. Sin embargo luego de dos sorbos, dieron entrada al colegio. Me despedí de mi madre y de las señoras de la cafetería, las tres deseándome muchos éxitos, quizá mucha gente no le da mucha importancia a eso, pero entrar a una prueba con tan buena vibra es lo más aconsejable, una bonita experiencia.

Comenzaron a llamar para entrar al salón, fui de las últimas personas de la lista. Me senté y aun no creía que estaba allí, nos dieron instrucciones, lo debido y lo indebido, Yo miraba a los demás, miraba mi mesa y pensaba en todo.

Entregaron el examen, y el jefe de salón nos dio la autorización de comenzar. Matemáticas en primer lugar, generalmente es mi fuerte, pero quizá los nervios me bloquearon y me quedé mucho tiempo en las primeras 5 preguntas. Leía y volvía a leer buscando algo que me ayudase a concentrarme de verdad. A mi lado izquierdo había un chico que respondía muy rápido, a mi derecha en cambio había un chico que al parecer tenia muchísimo sueño y prefirió acostarse poniendo la prueba a un lado, no respondía, no comenzaba, y yo realmente no entendía cómo podía estar tan tranquilo mientras que yo estaba tan nerviosa. Luego Lectura crítica, se me daba bien. Ahí comencé a apurarme, sin embargo tenía que leer y entender con precisión, eso era totalmente claro. La calma me duró hasta que el jefe de salón dijo,-faltan dos horas para que finalice la primera sesión- Me di cuenta de que el tiempo no me iba a alcanzar, pues no llevaba siquiera la mitad de las preguntas correspondientes a esa sesión. Respondía más rápido, pero de cualquier forma sabía que no iba bien de tiempo. Sociales, muchísimos textos, mi cerebro estaba agotado, pero no podía detenerme, pase a biología, fue más rápido, faltaban 23 minutos y me quedaban más de 15 preguntas… Terminé exactamente a las 12:26pm y el tiempo establecido finalizaba en 2 minutos, aun no entiendo qué hice y cómo lo hice. Entregué mi prueba con poca confianza, pero estaba satisfecha, respondí todo, al menos.

Mi familia esperaba por mi fuera del colegio, me llevaron a almorzar, estaba muy rico, de allí salí preparada para leer más rápido, recuerdo muy bien que dije en mi cabeza “Segunda Sesión, aquí voy” luego nos dirigimos al colegio nuevamente, podía sentir los nervios y el apoyo de mis padres, lo cual era muy importante. Entré al salón, no cambiaba mi lugar, fue igual que en la mañana, a mi derecha un tipo desinteresado y a mi izquierda una máquina veloz, por lo menos así lo veía yo.  Primero sociales, textos, algunos interesantes, otros muy aburridos. Lo estaba haciendo rápido, nada parecido a la primera sesión, me sentía diferente, entendía bien, luego matemáticas, la siguiente química, sentía confianza con esas dos áreas… luego llegó inglés, comencé bien, luego se hacía más difícil, mi vocabulario no alcanzaba para darle sentido a muchas frases. Hice lo que pude, estaba más tranquila, casi terminaba, pensaba muchas cosas para descansar mi mente, incluso me hacía bromas y me daba fuerza. Terminé la prueba, la entregué y salí satisfecha de aquel salón donde quedaban tantas emociones y llegaban muchas otras. Ya afuera, mis padres me llevaron a un lugar muy bonito y tranquilo, allí podía ver todo Villavicencio, tantas luces, tan hermoso paisaje me permitió despejar mi mente y darme la oportunidad de confiar en mis conocimientos. La mejor forma de terminar tan complejo día, ese día…  

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