A diario vemos en nuestra institución sobre todo en la hora de descanso a distintos vendedores ambulantes que se estacionan en sectores de la reja para vender alimentos, galguerías, refrescos y otra clase de mercancía a los estudiantes, actividad que está prohibida en nuestra institución, por eso quisimos conocer la opinión de las personas directamente involucradas en estas situaciones
Por: Isabel Mina y Tatiana Urrea 9-7
Los estudiantes que compran en las afueras, exponiéndose a llamados de atención o sanciones, tienen sus razones para comparar, según Katherine Poveda del grado 9-7 "los precios en la cafetería son muy altos y poco accesibles para los bolsillos de nuestros padres"
Algunos de estos vendedores ambulantes piden la oportunidad de trabajar ya que llevan mucho tiempo vendiendo en las rejas, doña Blanca Inés, una vendedora de empanadas, afirma que ha pasado muchas cartas para que la dejen vender dentro de la institución pero que siempre se la han negado y por eso optan por este medio para poder sustentar a sus familias. Quisimos obtener alguna respuesta de coordinación, pero no fue posible.
Por su parte las señoras que atienden en la cafetería opinan que no ven a los vendedores ambulantes como una competencia, pero aseguran que es difícil que ellos se hagan responsables por el mal estado en que puedan estar sus productos si los estudiantes se enfermaran.
El profesor Mauricio Mora dice que le parece un poco exagerada la medida de prohibir cosas como el bon ice, pero le preocupa más el hecho de que por la reja entren estupefacientes u otras cosas prohibidas, "lo importante es que se haga pedagogía con los estudiantes y no sea sólo prohibiciones"
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