El representante estudiantil Wilmar Huertas ha propuesto ante el consejo directivo y en algunas asambleas de padres y estudiantes la idea del cambio de uniforme estudiantil, el egresado defiende la propuesta con el argumento de que el actual no se adapta a las necesidades de los estudiantes ni a las condiciones climáticas del entorno educativo, lo que, en su opinión, también fomenta que los estudiantes porten mal el uniforme. La propuesta hasta ahora está en sus primeras fases, pero ha despertado distintas opiniones de estudiantes y padres de familia.
No sé cómo terminará la propuesta, por lo que he visto la mayoría prefiere quedarse con el uniforme actual, pero si llegara a decidirse un nuevo uniforme deberíamos dar la discusión sobre una tendencia que se ha venido imponiendo en reconocidos colegios del país: El uniforme neutro, es decir, un mismo uniforme para niños, niñas y adolescentes.
La división entre faldas y pantalones es una concepción basada en estereotipos e ideas pasadas de moda, hace más de cincuenta años que las mujeres pueden usar pantalones, además el vestido o falda ocasiona incomodidad en muchas estudiantes que tienen que subir las escaleras protegiéndose para que los demás no vean su ropa interior, además limita la libertad de movimiento de muchas que quieren hacer ejercicio en el descanso o alguna hora libre, sólo por nombrar algunos inconvenientes que tiene el uso de la falda.
El uniforme neutro, que de hecho lo usamos en educación física, facilita la integración entre los estudiantes y seguramente le daría una mano a los coordinadores y directores de grupo en los cada vez más pocos conflictos originados por el mal porte del uniforme. Si la propuesta del representante estudiantil es acogida el uniforme neutro sería una buena alternativa por explorar.
